Poemas de la perversidad
Y nunca más supe de mí
Quiero
ser esa criatura blanca y audaz
–me
dije–. Y me sumí en un sueño de infinito
que me
convirtió en ella. ¡Cómo gocé conquistando
alturas,
con mis pies hendidos! El hambre se olvidó de mí
y yo me
olvidé de la vida. Pero cuando abrí los ojos
el
abismo se invirtió, y caí como en un inmenso hoyo negro
que
devoró mi sueño y nunca más supe de mí.